LA COMISIÓN EUROPEA PRESENTA LA ESTRATEGIA “DE LA GRANJA A LA MESA” (FARM TO FORK STRATEGY)
Se trata de una estrategia que facilitará la transición a un sistema alimentario sostenible en la Unión Europea que proteja la seguridad de los alimentos y garantice el acceso a dietas sanas con origen en un planeta sano.
La estrategia propone acciones y compromisos ambiciosos para luchar contra la pérdida de biodiversidad en Europa y en el mundo, y convertir nuestros sistemas alimentarios en normas para el mundo en pro de la sostenibilidad competitiva y la protección de la salud humana y planetaria. También, da prioridad a la ciudadanía en su compromiso de aumentar la protección del suelo y el mar y regenerar los ecosistemas degradados y hacer que la UE lidere la escena internacional en la creación de una cadena alimentaria sostenible.
Con ella se pretende reducir la huella ambiental y climática del sistema alimentario de la UE y reforzar su resiliencia, protegiendo la salud de los ciudadanos y garantizando los medios de subsistencia de los agentes económicos.
Entre los objetivos concretos que establece la estrategia para transformar el sistema alimentario de la UE, se encuentran los siguientes:
- Reducir un 50 % el uso y el riesgo de plaguicidas.
- Reducir como mínimo un 20 % el uso de fertilizantes.
- Reducir un 50 % las ventas de los antimicrobianos utilizados en la ganadería y la acuicultura.
- Alcanzar un 25 % de tierras agrícolas dedicadas a la agricultura ecológica.
- Reducir en un 50% el desperdicio de alimentos en 2030.
También propone medidas ambiciosas para velar por que lo saludable sea también lo más sencillo para los ciudadanos de la UE, con una mejora del etiquetado para satisfacer mejor las necesidades de información de los consumidores sobre los alimentos saludables y sostenibles.
Esta estrategia se enmarca en el Pacto Verde Europeo (European Green Deal), presentado por la Comisión el 11 de diciembre de 2019, que establece una ambiciosa hoja de ruta hacia una economía circular climáticamente neutra, en la que el crecimiento económico esté disociado del uso de los recursos.
En los próximos meses, corresponderá al Parlamento Europeo y al Consejo aprobar esta estrategia y sus compromisos.
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