Daleph presenta una ponencia en el Congreso BIT sobre biopolígonos.

El pasado viernes 27 de septiembre, Daleph participó en la tercera edición del Congreso BIT, el acontecimiento de referencia en Cataluña en Bioeconomía, Innovación y Tecnología. La edición de este año ha puesto en foco en la bioeconomía de alto valor añadido y la simbiosis industrial.

Bajo el título “Biopolígonos: creando ecosistemas industriales sostenibles”, Daleph ha expuesto su trabajo para fomentar estos espacios industriales especializados, donde la sostenibilidad, la simbiosis industrial y la economía circular son pilares fundamentales. Este modelo permite convertir los residuos en nuevos materiales o fuentes de energía, contribuyendo así a la reducción de emisiones y al aprovechamiento eficiente de los recursos.

Un biopolígono va más allá de un simple espacio industrial, es una nueva manera de entender la interacción entre las empresas, los recursos naturales y el territorio. En un momento crítico como el actual, donde la crisis climática nos obliga a repensar nuestros sistemas productivos, los biopolígonos se presentan como una herramienta clave para impulsar la bioeconomía. Estos espacios cuentan con infraestructuras avanzadas, diseñadas específicamente para promover un modelo industrial sostenible, con un uso sostenible de los recursos y generando de energía renovable, producida dentro del mismo recinto.

El funcionamiento de los biopolígonos se fundamenta en un ciclo de procesos que conectan varias industrias y sistemas de tratamiento de recursos. El centro de estos espacios industriales pueden ser explotaciones ganaderas donde se valorizan las deyecciones, mataderos donde se valorizan los subproductos de origen animal como huesos, vísceras o sangre; o bodegas de viña donde se valoriza la brisa (las pieles, la rapa y los huesos de la uva). Esta materia orgánica disponible se puede transformar a subproductos de alto valor añadido para la industria farmacéutica o cosmética, por ejemplo, y también se puede extraer biofertilizantes ricos en nutrientes. Además, la materia orgánica tiene potencial energético al generar biogás, que es la única energía renovable que puede usarse para cualquier de las aplicaciones energéticas más importantes: eléctrica, térmica o como carburante.

La implementación de los biopolígonos tiene que empezar con una estrategia de sensibilización y pedagogía, destacando tanto las consecuencias positivas de estos espacios y sus beneficios por la comunidad. Los biopolígonos tienen un potencial extraordinario para transformar el tejido industrial para que sea más justo, sostenible y alineado con los retos globales de nuestro tiempo. Es esencial ubicar estos espacios en zonas con una alta concentración de materia orgánica susceptible de revalorización, a menudo asociadas a la presencia de empresas que ya trabajan con este tipo de materiales. A pesar de que muchos biopolígonos se han desarrollado hasta ahora mediante colaboraciones exclusivamente privadas, actualmente existen varias líneas de subvenciones que podrían favorecer la colaboración público-privada, facilitando así la implementación de los biopolígonos. Esta ponencia está enmarcada en el proyecto de elaboración y redacción de la Estrategia de Despliegue de Biopolígonos en Cataluña, por BioHubCat. Esta estrategia irá acompañada de la identificación de cinco ubicaciones por el territorio catalán donde potencialmente ubicar el biopolígono, con diferentes vectores de especialización (sector ganadero, agroindustria o restos forestales, por ejemplo).