GEM 2023-2024. PRIMERAS REFLEXIONES.

Para las personas interesadas en las políticas públicas de apoyo a la creación y consolidación de nuevas empresas, es un gozo poder contar con un instrumento de medida y análisis como el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que año tras año, da cuenta de la situación del fenómeno emprendedor en Cataluña, en España, y a un amplio abanico de CC. AA. españolas y países de todo el mundo, utilizando el mismo modelo teórico de referencia y la misma metodología de trabajo. En este sentido, quiero agradecer a todas las instituciones implicadas -Generalitat de Catalunya, Diputación de Barcelona, Instituto Metrópoli y Universitat Autònoma de Barcelona- la tarea ejecutada.

El estudio distingue entre cuatro fases del momento emprendedor (potencial, naciendo, nueva y consolidada) y utiliza como principales herramientas metodológicas de captación de información una encuesta en la población entre 18 y 64 años y una encuesta a personas expertas en materia de creación de empresas.

La encuesta contempla preguntas de carácter aspiracional, el hecho que siempre y en todos los territorios sea la misma encuesta, permite, como mínimo, que el posible sesgo sea siempre igual.

El abanico de elementos analizados es bastante amplio y dedicaré las próximas semanas a analizarlos con detalle. Aun así, me gustaría poner de manifiesto en estas líneas algunos de los elementos que me han llamado más la atención.

a/ A pesar de que la economía española está calificada de una de las más dinámicas de Europa y las cifras de crecimiento del PIB lo corroboran, existe una gran diferencia hacia la visión de la población sobre las oportunidades de emprendimiento entre Cataluña y España (26%) y el resto de los países de la UE con ingresos altos (50%). No soy muy capaz de dar una explicación a esta paradoja, salvo que interprete que la población no se acaba de creer estos datos de crecimiento o, cuanto menos, no las percibe en su entorno más próximo y, por lo tanto, no las incorpora en sus expectativas y visión de la realidad.

b/ Tanto en Cataluña como el resto de España y de la Unión Europea, prácticamente la mitad de la población encuestada cree que dispone de conocimientos y habilidades para poder emprender. Esta percepción manifestada en las encuestas choca bastante frontalmente con lo que escucho y observo de las personas emprendedoras que participan en los programas de formación sobre creación de empresas en los que intervengo como formador o coordinador.

Por otro lado, percibo una gran carencia en estos ámbitos, especialmente los relacionados con los aspectos económicos y financieros. Es posible que buena parte de las personas que responden la encuesta estén pensando más en sus conocimientos y habilidades para sustituir a su jefe directo en la empresa en la que trabaja y no tanto en los conocimientos y habilidades necesarios para emprender y gestionar una empresa. Igualmente, es habitual que las personas tengan formuladas sus propias opiniones sobre estrategias de grandes empresas de productos y servicios masivos, mediatizadas, probablemente, por noticias y artículos en medios digitales con poca base científica.

De hecho, estoy absolutamente convencido que los mejores programas de formación para personas emprendedoras son aquellos que se alejan de poner el énfasis en los temas de “moda” e instrumentos sofisticados y lo ponen en aquellos que configuran los cimientos del management y las habilidades empresariales.

c/ Finalmente, quiero llamar la atención sobre un aspecto que encuentro bastante relevante que es el abandono, el fracaso empresarial. A pesar de que, según la encuesta, parece que los porcentajes de abandono empresarial en Cataluña y en España son menores que el resto de la Unión Europea y no deja de ser una cuestión sobre qué pensar y dar respuestas. Un pequeño análisis de los flujos teóricos que se tendrían que producir entre las diferentes fases del proceso emprendedor comparando los datos del estudio 2022-2023 y el estudio 2023-2024 nos indica que, en el camino de los tres primeros años y medio de vida de las empresas, perdemos un número muy relevante.

De hecho, es posible que muchas personas de las cuales leáis este artículo, al pasear por vuestro barrio o vuestra ciudad hayáis tenido la sensación de que muchos comercios abren y cierren a una velocidad espectacular. ¿Cómo es esto posible? ¿Recordáis lo que decía en el epígrafe anterior sobre la misma percepción de los conocimientos y habilidades para emprender? Tengo la sensación de que hay alguna relación.

Jaume Amill