Tras las dos entradas anteriores en las que hemos analizado el valor de la Agenda Urbana Española (https://daleph.com/2022/09/30/las-agendas-urbanas-reflexiones-desde-la-experiencia-i/) y el papel de los ayuntamientos como entidades promotoras de los planes de acción local (https://daleph.com/2022/10/03/las-agendas-urbanas-reflexiones-desde-la-experiencia-ii/) en este tercer y último post de la serie, nos gustaría compartir algunas valoraciones de la Convocatoria sobre proyectos piloto publicada por parte de la Subdirección General de Políticas urbanas (Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana) y cerrada el pasado 13 de septiembre.
13. La oportunidad de la Convocatoria de Ayudas. Desde que en febrero de 2019 el Consejo de Ministros aprobara la Agenda Urbana Española, venimos siguiendo la utilidad del instrumento para favorecer la transformación hacia la sostenibilidad que precisan nuestras ciudades. Ban Ki Moon, secretario general de las Naciones Unidas, con motivo de la aprobación de la Nueva Agenda Urbana Internacional, en Quito, en 2015, decía que “la batalla por la sostenibilidad global se ganará o perderá en las ciudades”. Sin duda, una afirmación avalada por los contundentes datos de población, PIB per cápita, consumo energético y brecha social existente en nuestras urbes.
Es lógico, por tanto, que nuestras ciudades y territorios dispongan de instrumentos adecuados que les permitan mejorar sus condiciones de habitabilidad y sostenibilidad y, sin duda alguna, la Agenda Urbana Española ha demostrado contribuir eficazmente a este objetivo, proponiendo un Marco Estratégico y unos retos (líneas de actuación) que puedan guiar los planes de acción de nuestras ciudades hacia la pretendida sostenibilidad mundial.
No ha resultado extraño, por tanto, que un Plan tan ambicioso como el Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR – Next Generation EU) destine 20 de sus 69.000 millones de euros a facilitar que 120 ciudades y territorios no solo dispongan de sus propios planes de acción local, sino que los mismos puedan servir de ejemplo (proyectos piloto) para otros entornos locales igualmente interesados.
Por tanto, desde ese punto de vista, “chapeau” para los responsables del MITMA y los programadores del PRTR. Estamos seguros de que no se equivocarán apostando por el desarrollo urbano sostenible para recuperar, transformar y hacer una economía más resiliente, objetivo último del Plan y, por ende, de esta Europa cohesionada, verde y digital a la que aspiramos.
14. Los estrictos requisitos de la Convocatoria. Una lástima que los estrictos plazos de ejecución de las ayudas contempladas en la Convocatoria hayan condicionado extraordinariamente el proceso. La elaboración de los planes de acción requiere un tiempo de maduración del que, en líneas generales, no se ha dispuesto por el cumplimiento de unos plazos administrativos que, tristemente, siempre se nos dilatan en el tiempo.
Un año, desde la publicación de la Convocatoria, para la aprobación de los planes de acción resulta escaso. Aún más, si como es el caso, en ese plazo deben evaluarse las propuestas, resolverse (provisional y definitivamente) las ayudas e iniciar procedimientos de contratación que, en el mejor de los casos, tardan entre 3 y 4 meses en resolverse.
Ni las declaraciones de urgencia de los procedimientos de contratación, de acuerdo con el Decreto 36/2020 sobre medidas urgentes vinculadas a Next Generation EU, ni la celeridad en resolver por parte de la SG de Políticas Urbanas, han permitido que los procedimientos de contratación de los servicios de asistencia técnica se iniciaran, en el mejor de los casos, antes de enero de 2022 y que las empresas encargadas fuéramos contratadas antes del mes de abril, disponiendo tan solo de cinco meses, contando los meses de julio y agosto, para cumplir la fecha establecida del 13 de septiembre como “deadline” del proceso mediante la aprobación por parte de los plenos municipales.
Nos consta que algunas ciudades finalizaron sus procesos de contratación de estas asistencias técnicas apenas dos meses antes de esta fecha final, por lo que nos preguntamos cómo es posible que en tan breve plazo se haya realizado un riguroso diagnóstico y un plan de acción que, necesariamente, debe ser participativo. Mucho nos tememos que en algunos de estos planes haya mucho “corta y pega” y “fondo de armario” y que una vez pasado el estrés de la Convocatoria, se requiera una revisión a fondo y sosegada si se quiere tener un plan útil y ajustado a las necesidades de cada ciudad o territorio.
15. La agenda no es un instrumento financiero, aunque ayude a captar financiación. La AUE lo señala claramente cuando trata de su financiación: no se prevé que los proyectos y actuaciones contemplados en un plan de actuación reciban financiación externa a los propios ayuntamientos por el simple hecho de recogerlos, aunque es cierto que muchas de las convocatorias Next Generation y, sobre todo, las próximas del MFP UE 2021-2027, sí que lo valoran (ya lo hemos expuesto en un post anterior).
El proceso de diseño de los planes de la Convocatoria ha coincidido con la publicación, por parte de la DG de Fondos Europeos (Ministerio de Hacienda), de un primer borrador del nuevo POPE FEDER para el 2021-2027 (https://www.fondoseuropeos.hacienda.gob.es/sitios/dgfc/es-ES/ipr/fcp2020/P2127/PF/Documents/20220622_Programa_Plurirregional21-27_CORREGIDO-es.pdf) y, con ello, del nuevo programa de Desarrollo Urbano Sostenible que convocará la AGE, en respuesta al 8% exigido por el artículo 11 del Reglamento FEDER a cada Estado Miembro.
Este hecho, en nuestra opinión, también ha condicionado en exceso el proceso de diseño de los planes. Muchas entidades consideran a la agenda como la “puerta de entrada” a estos fondos, y aunque es cierto que para acceder a esa financiación es importante disponer de una “estrategia territorial” (sic POPE), ni ésta tiene por qué ser el plan de acción local de la Agenda Urbana aprobado, ni por su simple aprobación plenaria se asegura el acceso a estos fondos. Sin duda, un aliciente para todas aquellas ciudades y territorios que no hayan resultado beneficiarias de la Convocatoria MITMA inicien sus procesos siguiendo la estela y experiencia que acumulan aquellas que sí lo han hecho en respuesta a la misma.
En cualquier caso, entendemos y valoramos cada plan de acción como instrumento de transformación de las ciudades. Ese (y no el acceso a la financiación) debe ser su verdadero objeto e interés. Como ya hemos señalado en un post anterior, nunca han tenido las Entidades Locales las excelentes posibilidades y oportunidades de financiación que tienen actualmente.
16. La Convocatoria no es el punto de llegada, sino de salida. Por último, y a modo de conclusión, aunque la Convocatoria MITMA nos haya dejado a todos exhaustos (ciudades y consultores/as), no deberíamos caer en el error de entender que el trabajo está hecho. Como acertadamente repiten Ángela de la Cruz y Sonia Hernández (SG de Políticas Urbanas) en sus exposiciones, la Agenda no es un documento, sino un proceso, y como tal, debe mantenerse vivo hasta su cierre en 2030.
Lo aprobado en los plenos municipales responde a la visión compartida que, en estos momentos, tienen sus vecinos, vecinas, empresas y asociaciones, pero nadie nos asegura que las prioridades deban mantenerse inalterables a lo largo de los próximos años. ¿Quién sabe qué sorpresas nos esperan dentro de pocos meses? ¿O alguien esperaba la crisis sanitaria, económica, social, política y energética que, en apenas dos años y medio, estamos viviendo?
En cualquier caso, estamos convencidos de que nos espera un tiempo lleno de esperanzas y oportunidades para mejorar nuestras ciudades y, con ello, el bienestar de nuestros vecinos y nuestras vecinas.
Equipo Desarrollo Urbano Sostenible de Daleph
Para una mayor información sobre el trabajo que desarrolla Daleph en estos procesos de asistencia técnica vinculados a la AUE, recomendamos una visita a la web: https://agendaurbana.info/.
Recuerda que puedes consultar el post LAS AGENDAS URBANAS: REFLEXIONES DESDE LA EXPERIENCIA (I) y (II) en los siguientes enlaces:
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