El 22 de febrero es el Día de la Igualdad Retributiva y desde Daleph queremos hacer promoción porque estamos comprometidas con ello.
Cuando se habla de desigualdad salarial entre mujeres y hombres se hace referencia al valor monetario y social que tiene un mismo trabajo realizado por ambos géneros, pero que es diferente y en detrimento de las mujeres, como consecuencia del machismo sistémico que vivimos. Actualmente, este es uno de los retos más grandes que tenemos como sociedad en materia de igualdad de género.
Para la gran mayoría de mujeres, a nivel mundial y local, la gran dificultad para conseguir el equilibrio entre las esferas de vida productiva y vida reproductiva genera lo que la ONU llama “penalización de la maternidad”, y que provoca graves desventajas económicas. Al fin y al cabo, generalmente, son las mujeres las que reducen su jornada laboral para dedicarse a trabajos no remunerados del ámbito de los cuidados y el hogar. Y en muchos países y culturas, las mujeres que se saltan este mandato de género son ridiculizadas o marginadas socialmente. También son ellas las que están más presentes en sectores laborales peor remunerados, que no por casualidad son trabajos de cuidados, como la enfermería, la educación y los servicios de limpieza. Es por ello, entre otras razones, por lo que se apunta a la feminización de la pobreza.
Otras causas que dan cuenta de la desigualdad retributiva tienen que ver con los muros invisibles que, en forma de techo de cristal y sesgos cognitivos, discriminan a las mujeres, condicionando su carrera profesional.
La brecha salarial de género en Europa se sitúa en el 14% y se eleva al 23% a nivel mundial. En España, los hombres ganan un 11,82% más al año, lo que significa que las mujeres deben trabajar 109 días más al año para ganar lo mismo.
El Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, de Igualdad Retributiva entre Mujeres y Hombres, establece las medidas específicas que deben seguir las empresas para contribuir a la aplicación eficaz del principio de igualdad retributiva. Así, todas las empresas tienen, como mínimo, la obligación de hacer un registro retributivo de toda su plantilla que deben poner a disposición de consulta de los y las representantes de los trabajadores y trabajadoras.
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