Emma Rué Cabré, directora general de Daleph, forma parte del conjunto de mujeres que a escala mundial ocupa cargos directivos: solo un 34% de cargos directivos son mujeres
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, en el que se conmemora la lucha de las mujeres por la igualdad de género, los derechos laborales y sociales, y el reconocimiento de sus contribuciones a la sociedad. Desde Daleph queremos sumarnos a esta conmemoración poniendo en valor a las mujeres trabajadoras de la compañía durante toda esta semana.
Empezamos hoy con Emma Rué, socia de la compañía desde 2012, Directora General de Daleph desde marzo de 2023, sucediendo en dicha función a Gregori Cascante, socio fundador y actual Presidente de Daleph.
Emma es licenciada en Ciencias políticas y de la Administración por la Universidad Autónoma de Barcelona y máster en Development Studies por la London School of Econonics. Ya en Daleph, cursó el Máster de Dirección Pública (EMPA) en ESADE.
Su andadura en Daleph comenzó en 2003, cuando se incorporó al área de Estrategias Territoriales como consultora júnior, alcanzando la posición de Gerente dos años después. Por motivos familiares, en 2007 se trasladó a Bruselas, desde donde continuó desarrollando sus funciones en la compañía, en lo que supuso la primera experiencia de teletrabajo corporativa. En 2010, ya de vuelta en Barcelona, asumió el reto de incorporar la mejora continua en las operaciones y liderar un cambio en la capacidad de licitar con la administración pública por parte de Daleph. Poco después, en 2012, asumió la dirección del área de Gestión Pública, que lideró de forma excelente hasta 2023. 20 años después de su incorporación a Daleph y con 47 años, aceptó la propuesta del Consejo de Administración de tomar la Dirección General de la compañía.
Emma forma parte del 34% de mujeres que ocupan cargos gerenciales y de dirección a escala mundial. Su liderazgo es femenino y se caracteriza por poner en valor la escucha activa, la comunicación, el trabajo en equipo y la empatía. Lidera la compañía con sentido común que, como apunta Xavier Marcet, consiste en algo tan sencillo y complejo a la vez como huir de la pirotecnia conceptual y utilizar palabras corrientes, saber de complejidad y tratar de no incrementarla y tener muy en consideración que las personas son las que inclinan la balanza.