El pasado mes de noviembre tuvo lugar la Lean Startup Week en San Francisco y aunque dimos merecida cuenta de lo que en ella sucedía en varios post anteriores, nos parecía conveniente recoger en uno solo las principales lecciones aprendidas. Para quienes no la conozcáis, se trata del mayor encuentro a nivel mundial de emprendedores, líderes empresariales y coachs que estamos aplicando la metodología Lean Startup y que cada año nos encontramos aquí para compartir experiencias y adquirir nuevos conocimientos. Pese a que la mayoría de asistentes proceden de EEUU y muchos de ellos de la Bahía de San Francisco, cada vez hay más presencia de  de los cinco continentes.

Idea 1

La metodología Lean Startup ya ha entrado en las grandes organizaciones como Procter & Gamble o la propia Casablanca y las dificultades en su aplicación son bastante similares a las que se encuentra cualquier proceso de cambio dentro de una gran empresa. Muy pronto, Eric Ries publicará un segundo libro en el que hablará de ello utilizando como base la pirámide contabilidad, procesos, cultura, personas.

Idea 2

Algo está cambiando en el comportamiento de inversores y emprendedores. Pese al interés mostrado por los proyectos nacidos a partir de la metodología Lean Startup, los inversores apelan continuamente a la cuestión económica y financiera y, aunque interesados en las innovaciones que presentan los proyectos, se fijan fundamentalmente en el porcentaje de retorno, en que momento van a recibirlo y, muy especialmente, en los mecanismos de control económico financiero de la nuevas compañías.

Por su parte, entre las personas emprendedoras se identifica la dicotomía entre los misioneros y los mercenarios. El nombre lo ha puesto Tren Griffin, estrecho colaborador de Bill Gates en Microsoft y distingue entre personas emprendedoras que hacen de su empresa una “misión”, una organización que satisface necesidades de sus clientes, les facilita la vida, emplea personas, se relaciona con la comunidad y, en consecuencia, piensa en la sostenibilidad de la empresa a largo plazo así como en su propia permanencia en la misma hasta su jubilación, de aquellas personas que crean una empresa con el objetivo de poder venderla en unos años a otra empresa más grande o a un fondo de inversión, ganando inmensas cantidades de dinero, los mercenarios. En esta línea, Rand Fishkin, fundador de Moz, nos ha emocionado cuando ha explicado que rechazó una oferta espectacular por la compra de su empresa y que todavía no sabe por qué lo hizo… O sí, sí lo sabe, y sabe que no construyó su decisión con razonamientos sino con emociones. Moz es parte de su vida, en Moz está él y todo aquello que le rodea: la habitación en la que empezó a programar, su vejo ordenador, el reducido equipo de colaboradores con los que lanzó la empresa y, sobre todo, su esposa a la que no ha parado de dar gracias por su apoyo. La verdad es que después de escucharle me parece que sí es una decisión guiada por el cerebro.

Idea 3

Pese a la luz que los libros de Eric Rie i Steve Blank han traido al mundo del entrepreneurship, la filosofía, metodología Lean Startup necesita desarrollos conceptuales que ayuden a sustentarla. En este sentido, las ideas apuntan tres líneas claras:

  • Descubrimiento y desarrollo de clientes como herramienta clave para identificar y validar hipótesis de problemas a resolver, necesidades mal satisfechas, nichos desatendidos, etc. Insistencia clara y pertinaz en investigar lo que la gente hace y no lo que la gente dice.
  • Desarrollo y puesta en el mercado del Producto Mínimo Viable para lo cual tenemos que aprender mucho de lo que nos pueden enseñar las personas expertas en desarrollo y diseño de producto.
  • Métricas que nos ayuden a tomar decisiones rápidas y eficaces, pivotando cuando haya que pivotar o manteniéndose cuando haya que mantenerse.

Idea 4

Se la debemos a Steve Case, creador de American On Line. La tercera ola, la que viene y ya se empieza a configurar, es la ola de la convergencia, en la que tecnología y mundo real se encuentran para integrarse. La globalización, que primero afectó al manufacturing y luego al capital, afectará ahora al entrepreurship. Si hoy en día el capital riesgo concentra el 78% de sus inversiones en California, Massachussetts o New York, los próximos años se repartirá por todo el mundo. Esperemos que nuestro país sea uno de los merecedores de este reparto.

                                                                                                                                                     Jaume Amill

Escribe un comentario