Costas y Mújica: por un modelo económico inclusivo

En estos últimos días ha confluido la lectura del libro de Antón Costas y Xose Carlos Arias, La nueva piel del capitalismo y la visión del documental  Frágil equilibrio dirigido por Guillermo Garcia, producido por Sintagma Films y apoyado por Intermon Oxfam.   Las perspectivas de ambos son diferentes. El libro de Costas y Arias analiza lo sucedido a lo largo de las tres últimas décadas y pone de manifiesto las patologías y riesgos que ha generado el capitalismo a partir de una visión ultraliberal de la economía. Esta visión ha ido ganando peso progresivamente a partir de los años 70 del siglo pasado convirtiéndose en hegemónica anteayer. Las piedras angulares de su ideario han sido la exaltación (y desregulación) de lo financiero y del encumbramiento del mercado como articulador no solo de la vida económica, sino también de la social y política.

El documental combina tres situaciones: la de los inmigrantes en la valla de Melilla, la de un trabajador/ejecutivo japonés que no encuentra sentido a su vida y la del drama de los desahucios; todo ello acompañado de la reflexión de José Mújica (ex presidente de Uruguay), que expone su perplejidad por la incapacidad del Sistema para hacer la vida mejor a millones de personas que por diferentes motivos están fuera de él.

Costas y Arias en ningún caso apuestan por soluciones “revolucionarias”; más bien al contrario. Frente al aumento de la desigualdad y el deterioro de la democracia proponen un capitalismo inclusivo que recupere la igualdad de oportunidades como uno de los objetivos centrales de la política económica. No es solo una cuestión de ética, sino de eficiencia del sistema: la cohesión social es un factor de estabilidad y crecimiento en el medio y largo plazo. En este sentido, muchas de las reflexiones de los autores se sustentan en la idea de salvar al capitalismo de (algunos) los capitalistas.

El documental es más contundente, especialmente impactante es la filmación de Melilla. Además, Mújica apuesta por un cambio “intenso” de modelo, en el que debe producirse una mutación radical de los valores que lo sustentan.

No obstante, más allá de los diferentes formatos, enfoques y propuestas, ambas obras tienen algo en común: las dos son optimistas en relación a la posibilidad de mejorar la perspectiva de aquellos que están en peor situación o se encuentran directamente en la cuneta. ¿A qué se debe ese optimismo? Si lo interpreto bien, a dos factores: primero (Mújica) a que hay suficientes medios (tecnología, riqueza…) para reducir la pobreza y la marginación y segundo, a que (Costas y Arias) sabemos o podemos saber cómo generar un capitalismo más inclusivo. La política y la economía política son en gran medida la solución; Mújica y Costas/Arias no parecen creer en las plagas bíblicas.

Creo que este optimismo razonado y razonable no es una mala manera de comenzar el año. De hecho, se propone algo a lo que desde Daleph nos sumamos: resituar el mercado, sin perder la potencia generadora que tiene y avanzar hacia un Estado más emprendedor que regule mejor y que impulse más buscando siempre equilibrios razonables.

Con mucha modestia, nuestras actividades pretenden alinearse en esa senda: la mejora de los procedimientos administrativos en un servicio público, la regeneración de un barrio degradado, el impulso de la actividad empresarial y emprendedora como mecanismo de generación de empleo, un programa de vivienda social o el acompañamiento y la activación laboral de parados de larga duración, nos parecen una buena forma de seguir la estela de  Mújica, Costas y Arias.

Feliz e inclusivo 2017!

Gregori Cascante

3 Comentarios

  1. Cristina pardo-Reply
    25 enero, 2017 en 08:11

    Completament d’acord. Felicitats per aquesta nota d’opinió. Feliç 2017!

  2. Ricard Fernández-Reply
    25 enero, 2017 en 13:12

    Gràcies per la invitació a la lectura del llibre i el visionat de la pel·lícula i sobretot per mantenir el vostre aliniament en objectius socials.

  3. Jaume Amill Miralles-Reply
    17 febrero, 2017 en 15:02

    Bravo Gregori, «Fragil Equilibrio» ja te el Goya. Ara manca que Costas i Arias guanyin el Príncipe de Asturias d’Humanitats.

Escribe un comentario