Hace 25 años, en el marco de la reconversión de la minería, y más concretamente en el programa de recolocación de trabajadores de Carbones de Berga, comprobé que el éxito de un programa de empleo está directamente ligado a la profesionalidad y motivación del equipo que lo gestiona, la flexibilidad con que se aborda y el enfoque a resultado que se imprime.

Esta idea la he podido corroborar los últimos años mediante diferentes experiencias tanto de Daleph como de Ingeus.

El enfoque en Carbones de Berga era más artesanal, disponíamos de sistemas más rudimentarios y multitud de listas substituían a los cuadros de mando, métricas y programas informáticos que hoy nos son de tanta utilidad. Pero la esencia no ha cambiado; siempre parte de lo mismo: la creencia (contrastada) de que una persona, por muy alejada del mercado de trabajo que esté, tiene una alta posibilidad de encontrar un empleo si cuenta con el apoyo adecuado.

Después de estos 25 años de cercanía a las políticas y programas de empleo, cada día tengo más la convicción de que las cosas son más sencillas de lo que  parecen o las hacemos. También tengo la impresión de  que durante muchos años ha sobrado sofisticación y barniz metodológico en las actuaciones. La pereza y la rigidez burocrática han hecho el resto.

Que nadie se confunda, reducir a niveles aceptables nuestra tasa de empleo no me parece nada sencillo, entre otras cosas porque depende muy poco de las políticas de empleo. Lo que pretendo transmitir es que  aquellas personas que están muy alejadas del mercado de trabajo, por motivo de edad, nivel educativo o tiempo en el desempleo, no están condenadas indefectiblemente a esta situación. Sabemos que si reintroducimos la motivación a sus vidas, potenciamos su autoconocimiento y les ayudamos a generar un mapa de ruta, aumentamos radicalmente sus posibilidades de encontrar un empleo.

Y esto no es imposible, solo hace falta poner un poco de sentido común.

Gregori Cascante Pérez

3 Comentarios

  1. Jaume Amill Miralles-Reply
    24 noviembre, 2016 en 17:39

    Gregori, encuentro muy interesante tu aproximación. Estoy convencido que en muchos ámbitos de actuación pública, hace falta sofisticar menos los diseños y aproximaciones metodológicas y poner más énfasis en parámetros de gestión. La búsqueda continua de nuevas formas de hacer y proceder, puede alejar del objetivo real que se persigue.

  2. Conchi Sánchez Guerrero-Reply
    25 noviembre, 2016 en 13:23

    Gregori, como bien dices es posible y las propias vivencias de nuestros compañeros de INGEUS así lo demuestran, hablando con ellos se puede ver claro que lo que funcionan son las metodologías cercanas, empáticas, sencillas para los desempleados, de acompañamiento y preocupación real de cada caso , de llamarse por el nombre, de tú a tú, el usuario y el asesor, de seguimiento en el tiempo hasta que se consigue el objetivo,…, al final si hablamos de políticas de empleo tenemos que hablar de personas, no sólo de metodología.

  3. 29 noviembre, 2016 en 10:14

    Gregori, comparto el punto de vista. Nos encontramos en un mundo cambiante y dinámico, el entorno nos pide adaptabilidad y capacidad en la gestión del cambio. Por ello, me gustaría añadir también la importancia del desarrollo de la propia autonomía. Cuando acompañamos a personas al mundo laboral, lo hacemos fomentando su autoconocimiento, confianza, motivación y autonomía. De manera que, finalmente, no solo encuentren un empleo sino que también dispongan de una caja de herramientas para convertirse en expertos en conocerse a sí mismos y en llevar a la consecución sus objetivos.

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