El día 22 de febrero se celebra en España el Día Europeo por la Igualdad Salarial, fecha que representa el momento del año en que las mujeres empezarían a cobrar teniendo en cuenta la brecha salarial existente. El objetivo de esta conmemoración es poner de relieve las desigualdades persistentes en cuanto a las retribuciones que perciben mujeres y hombres, así como los motivos que dan lugar a dichas desigualdades. Cabe destacar que, en el año 2017, la brecha salarial en España relativa al salario medio anual fue del 21,9%. Por su parte, si se considera el salario por hora, esta cifra se reduce al 13,5% (Datos INE). Esta diferencia se debe, entre otros motivos, a la mayor incidencia de la contratación parcial sobre las mujeres. No obstante, las dos cifras demuestran que, a pesar de los avances logrados en materia de igualdad hasta ahora, todavía existen desigualdades que necesitan ser atendidas 

Para ello, cabe preguntarse los motivos de esta brecha salarial. Uno de los principales es la segregación ocupacional por género, es decir, la existencia de determinados sectores u ocupaciones que cuentan con una sobrerrepresentación de uno de los dos sexos. Según diversos estudios, como el de “Brechas Salariales de Género en España”, los sectores y/u ocupaciones con niveles salariales más elevados tienden a tener infrarrepresentación femenina mientras que, los que cuentan con salarios menores tienden a la sobrerrepresentación femenina. Además, también existe, de manera transversal a los diversos sectores, una infrarrepresentación femenina en los puestos directivos o de alta responsabilidad (techo de cristal o techo de cemento). 

Otro factor de especial relevancia son los diferentes usos del tiempo entre mujeres y hombres. La mayor dedicación por parte de las mujeres a las tareas domésticas tiene un efecto claro sobre la brecha salarial, puesto que dificulta desarrollar profesiones con dedicaciones más intensivas y la obtención de promociones profesionales. También son factores explicativos de la brecha salarial el mayor número de interrupciones en las carreras profesionales de las mujeres, provocado por un mercado de trabajo menos proclive a contratar mujeres que a hombres la existencia de criterios de promoción que favorecen a los hombres. 

Para seguir trabajando en pos de la reducción de la brecha salarial de género, se deben tomar medidas relativas al impulso de la conciliación y, especialmente, la corresponsabilidad, así como de fomento de la presencia de mujeres en sectores y ocupaciones masculinizadas (y de hombres en sectores y ocupaciones feminizadas)Por ejemplo, políticas como la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad, el aumento de la cobertura de servicios de cuidado infantil de 0 a 3 años o la imposición de cuotas en órganos de administración pueden tener efectos positivos sobre la reducción de la brecha salarial. 

 

Danny Smith 

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