Parece existir un cierto acuerdo general sobre la importancia de trabajar en el ámbito de la economía circular para contribuir a los objetivos de la Agenda 2030 y conseguir un planeta más sostenible.  

Días atrás tuvo lugar en el Palau Macaya una interesante jornada organizada por el Pacto Industrial de la Región Metropolitana de Barcelona sobre economía circular que contó entre sus ponentes con James Close, jefe del programa Circular London del London Waste and Recycling Board 

Ciertamente ponen foco en el reciclaje y se fijan objetivos tan ambiciosos como pasar del 30% de reciclaje actual global, al 50% en los hogares y al 75% en los comercios, planteando otros tipos de intervenciones para no llegar a la fase de reciclaje e incidir en las «formas» de consumo. 

Su estrategia es hacer un abordaje sectorial y, en este sentido, han definido planes de trabajo en ámbitos como: 

  • Las viviendas y cómo innovar en construcción para reducir las emisiones. 
  • El textil, impulsando hábitos de consumo diferentes, tomando parte por la moda slow ante la fast fashion. 
  • Los plásticos, buscando alternativas a todas aquellas cosas que hoy en día nos da la solución algo hecho con plástico. 
  • La alimentación, donde aparte de luchar contra el despilfarro, impulsan el consumo de comida saludable. 
  • Los aparatos eléctricos y la promover el cambio de paradigma «de la propiedad» en el «alquiler» de las cosas. 

Por otra parte, ha dado espacio al mundo del emprendimiento para que busque soluciones a algunos de los retos que todo este trabajo generará y han llegado a acuerdos con fondos financieros que invierten en economía circular e impulsan la iniciativa de incubación Advance London ( https://advancelondon.org/). 

Todo ello resultó una intervención muy inspiradora y creo que da pistas sobre caminos a recorrer en el ámbito de la economía circular, más allá del clásico reciclaje.  

Jaume Amill

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