Durante los años 90 se apreció un interés relevante en el ámbito público por desarrollar planes estratégicos que ayudasen a definir el modelo de ciudad o territorio a 10-15 años vista y fijasen de forma ordenada las actuaciones que los diferentes actores deberían llevar a cabo para alcanzar el escenario deseado. Algunas experiencias exitosas en ciudades como San Francisco o Barcelona contribuyeron a la extensión del paradigma y en poco tiempo la mancha de aceite impregnó todo el mapa.

Como suele suceder en estos casos, la confluencia en poco espacio de tiempo de muchos planes a la vez hizo que el redactado de muchos de ellos contuviese elementos similares y por otro lado, en bastantes ocasiones el plan estratégico finalizaba con su elaboración. El gran hito era su presentación en público y la edición en papel de tantos ejemplares como el presupuesto permitía. Era como si el mero hecho de redactar el plan ya pusiese en marcha todos los engranajes que permitiesen su ejecución.

Con este panorama, no resulta extraño que la planificación estratégica y la palabra estrategia entrasen en una cierta crisis unos años más tarde y que la urgencia por ejecutar superase cualquier ansia planificadora o vertebradora de estrategias. Curiosamente, durante el periodo de crisis económica, cuando más necesaria parece la estrategia, más escondida ha estado ésta.

Desde unos meses a esta parte observo un nuevo resurgir del interés por la idea de “estrategia” y saludo este proceso, pues estoy bastante seguro de su utilidad siempre y cuando se base en un diagnóstico afinado de la realidad, fije objetivos ambiciosos pero alcanzables, implique a los agentes pertinentes y, sobre todo, defina un adecuado sistema de gobierno y control que facilite el avance y ejecución de lo planificado, valore los resultados obtenidos y actúe en consecuencia.

 

 

Jaume Amill

 

 

2 Comentarios

  1. Miguel Ballesteros-Reply
    18 julio, 2017 en 19:44

    Totalmente de acuerdo, Jaume. Papá FEDER y mamá EDUSI están teniendo mucho que ver en ese resurgir, pero nos queda por ver si, más allá de las subvenciones, las ciudades serán capaces de hacer el debido seguimiento y evaluación de lo planificado.

    • Jaume Amill Miralles-Reply
      27 julio, 2017 en 08:28

      Sin duda Miguel, FEDER y EDUSI han influido en territorios urbanos aunque creo que la vuelta a la estrategia tiene algo más de fondo.

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